Mi fragilidad es una rama delgada en la punta de un árbol. Susceptible al viento.
Bajo la lluvia cae, impermanente, insustanciable.
Ahí estoy, de nuevo temblando, ante la noche, los autos pasando, el peligro, el miedo, el cuerpo de un hombre sangrando, muriendo, el sonido del golpe haciendo agujeros en mi memoria.
Qué fácil es perder la vida en un instante. Qué fácil es, de pronto, dejar de existir, no ver mas a las personas que amo, no escuchar tu voz diciendo mi nombre, no sentir la suave línea que dibujan tus dedos en mi cuello, detrás de mi oreja...
(v)
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