domingo, 27 de julio de 2008

la montaña del alma (II)

Las circunstancias externas no dependen de mi, es verdad. Hay un orden, una conectividad y una relación que conforman la perfecta unidad, la profunda sincronía.
Sé que esto deja huellas en la naturaleza del alma, pero también sé que tengo el poder para decidir estar alerta y percibir los mensajes. Puedo crear mis pensamientos y sentimientos, pero ya no miro atrás, hace tiempo que decidí retirarme, el universo es abundante y puedo tomar, con gratitud, lo que necesito cultivando generosidad.

Y hay tiempo para todo, dice Eclesiástes, tiempo para tirar piedras y tiempo para recogerlas.
Estoy tranquila. Las nubes se acercan, pronto lloverá...y aqui estaré.
(V)

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