miércoles, 16 de julio de 2008

Mandala

En el centro de mi Mandala hay un gran árbol, su tronco es amarillo, el color del crecimiento y de Buda Maitreia. Representa el sendero, la contemplación y la sabiduría. De sus ramas surge la práctica constante y el esfuerzo en la meditación, en la salud de mi cuerpo, en la vacuidad, en el movimiento, en la compañía espíritual, en la congruencia entre mis pensamientos, acciones, palabras, sentimientos y emociones para generar energía perfecta, así como en el aprendizaje adquirido por enseñanzas de otras personas, de todos los seres sintientes, de todas las manifestaciones de la realidad.
En la oscuridad de sus raíces habitan los tres venenos(cerdo, gallo y serpiente), el apego, la mente dormida, los deseos creados por viejos patrones. El árbol toma esta fuerza negativa para seguir creciendo cada día, y así todo se transforma.
Este árbol se encuentra en el centro de tres grandes círculos. El primero de ellos representa el amor, la abundancia y la prosperidad. El segundo es la energía, pues nada existiría sin ella. Y el tercer círculo representa la conciencia.
Afuera de todo eso, hay un gran espacio vacío. Que nada contiene y sin embargo, está lleno de todo.
Así es, el mandala de mi vida, en esta realidad, en este camino de transformación.
(V)

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