lunes, 12 de enero de 2009

de regreso a casa...


Después de varios días, de soledad, de silencio...

De ver amanecer y anochecer. De barrer cada mañana las hojas secas del jardín. De permanecer acostada sobre el pasto. De ver morir a una pequeña hormiga. De sentir el sol en mi rostro. De llorar al ver pasar las aves por el inmenso azul de un cielo despejado.

De escuchar perros, gallinas, gansos blancos, grillos, viento, aves, mi propia respiración, de escuchar la fuerza de mi corazón.

Tuve miedo, una noche, antes de dormir. Pero se que no hay nada que pueda hacerme daño, pues hay dentro de mi un gran árbol.

He vuelto a casa. Lucas sigue durmiendo.

Parece que todo sigue en su lugar... excepto mi espíritu, que vuela mas alto.


(V)

1 comentario:

Oz dijo...

Es verdad, dentro de ti hay un gran árbol y seguro estoy de que tu espíritu vuela alto.
Lo que escribes tiene una sencillez muy total y muy sensible.
Me gusta leerte.