domingo, 17 de agosto de 2008


La neblina comienza a bajar, el cielo oscurece y el insondable frío paraliza mi voz, sin embargo, puedo ver, cerquita del horizonte, volando entre los árboles más altos, una hermosa y pequeña mariposa, vibrante, perfecta...entonces una delicada lágrima dibuja el contorno de mi naríz hasta perderse en mi boca...entonces sonrío y me dejo caer...y sigo cayendo...y sigo...y...

(V)

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